Como muchas sabréis por mis redes sociales, he pasado unos días por Marruecos y tengo algo que contaros y muchísimas fotos que os trasladarán a esta esta increíble experiencia…
Marruecos nos evoca un oasis de sentidos. Especias de mil colores vibrantes, exóticos olores y tradiciones ancestrales. Sin embargo, hay otro Marruecos por descubrir, un paraíso para los surfistas donde el tiempo se detiene rodeados de dunas interminables y atardeces de pelicula.
Un mar de sensaciones
Hace poco que empecé y para ser un buen surfista se necesitan años. Sin embargo, desde el primer momento me senti cautivada por esta nueva pasión porque representa un estilo de vida natural y salvaje. Esperar dentro del agua, rodeada de acantilados, playas vírgenes y atardeceres que te dejan sin palabras: todo eso también es surf. Es una conexión tan fuerte con la naturaleza que una vez lo pruebas ya nada es igual, cambia tu forma de pensar, tus preferencias, tu conexión con el entorno.
Camisetas, sudaderas y algún pantalón. Todo el día descalzo, notar la arena caliente en la piel, el sol como te carga de energía, el sabor del agua salada, luchar contra la fuerza del mar y luego alcanzar el momento mágico, cuando viene tu ola, subes y te deslizas sobre ella. Os aseguro que es una de las mejores sensaciones que yo he conocido hasta ahora.
Anza en blanco y azul
Pero no todo lo que es surf termina dentro del agua, el surfing va unido a viajar, conocer gente y nuevas culturas. Es enamorarse de personas y lugares. Es sentir como todo eso va calando dentro de ti. De repente te das cuenta de que has cambiado, tu forma de ver las cosas, tus prioridades. Sientes lo poco que se necesita para vivir y, sobretodo y más importante, lo poco que se necesita para ser feliz. En ese momento te das cuenta de que el surf empieza a ser tu estilo de vida.
Uno de mis sitios preferidos para escaparme es Anza, a un pequeño pueblo de pesqueros de Marruecos, una zona donde no existe el lujo. Calles de arena, casas pequeñas todas pintadas de blanco y azul intenso, olor a mar… Es un lugar donde se concentra gente de todo el mundo, con el mismo objetivo, el surfing.
El hechizo del mar
Mi alojamiento preferido es Blue Waves Surf House una casa situada en frente de la playa con las mejores olas de la zona, junto con Killer Point y Drágula www.bluewavesmorocco.com
Se mezcla una decoración marroquí junto con la mediterránea donde predomina el blanco y el azul, junto con estampados étnicos. Todas las ventanas dan al mar, no hay calles, ni ruido, excepto el mar…
Allí lo tienes todo, sitio para dormir, monitores de surf si lo necesitas, alquiler de material. Incluso si quieres, también se pueden hacer excursiones por la zona, explorar nuevas playas… Te enseñan el verdadero Marruecos, del que vuelves hechizada.
La escuela es genial y la gente es super amable, nada mas llegar te sientes como en casa. Puedes ir con amigos o simplemente solo, al segundo de estar allí vas a tener compañía, es más, hasta recomiendo vivir esa experienciaasi, porque será una de las mejores que podrás tener.
Slow life
Solo deciros que pasear por la playa cada mañana, con los ojos entreabiertos, descalza y aún con el pijama puesto, rodeada de camellos. O ver los atardeceres en su magnífica terraza mientras te tomas un riquísimo té es todo un lujo.
Las mujeres de la zona son cálidas, hospitaliarias y cocinan realmente bien, tagine, cuscús entre otras delicias. Todo platos típicos y cocina casera.
Toda la zona es de pescadores, por lo que si vais, no dudeis en pasar un día en la playa Imsouane, daros una buena sesión de surf, y luego probar toda clase de pescado a la brasa frente al mar, está realmente bueno, eso sí, hay que comer con las manos! El primer día cuesta, el segundo te sobra todo, platos, vaso, cubiertos…
Terminar el día en las grandes dunas de Tamri, zona con enormes montañas de arena que terminan en altos acantilados, donde se pueden ver impresionantes puestas del sol en el mar. Super recomendable! O si tenéis mas tiempo no perdáis la oportunidad de hacer un trip al desierto del Sahara.
O pasar un día en Paradise Valley, un lugar tropical que contrasta con el resto de zonas, lagos, altísimas palmeras… rodeado de altas montañas.
Si quieres desconectar un poco de playa y ver la vida en la ciudad, el mejor sitio para mezclarte con la gente de la zona es visitar los markets, allí puedes ver desde una tinda de ropa, joyería, hasta la carneciería, pescadería… donde se hacen las compras, esta lleno de gente y pequeños bares con comida típica de Marruecos. Yo recomiendo dos que están cerca de Blue Waves, el Zouk de Agadir, un poco mas frecuentado por turistas o el Zouk de Inezgane, no verás ningún turista.
Para terminar este relato una confidencia: una vez que conoces este paraiso vuleves una y otra vez porque te atrapa y te enamora.
Blue Waves Surf House | Morocco